Laura Falco era una mujer joven de 25 años de edad, tenia tres años de casada con David con quien tuvo un largo noviazgo de 10 años. El hecho que se conocieran desde niños hacia que, además de ser una excelente pareja, eran también, los mejores amigos. Ambos eran personas muy exitosas, vivían cómodamente en un prestigioso apartamento en la ciudad, siempre vivieron en la ciudad y nunca pensaron en mudarse a otro lugar. Económicamente hablando tenían la vida resuelta; ambos se habían esforzado mucho para lograr alcanzar el nivel al que se encontraban. Laura era editora de una prestigiosa revista de moda, y David, por su parte, era un Psiquiatra recientemente ascendido al cargo de Director General del hospital de sanación mental donde laboraba. Siempre quisieron llevar un poco de alegría y oportunidades a aquellos que no eran tan afortunados y debido a esto fundaron una clínica de rehabilitación mental para drogadictos y alcohólicos, era una fundación no lucrativa donde trabajaban con voluntarios. Parecía que todo era perfecto y no podría ser mejor. Una tarde de abril particularmente nublada y hasta un poco sombría, laura contemplaba el horizonte desde el balcón del apartamento, una llamada estaba a punto de cambiar su vida, ese era un día que Laura nunca olvidaría: Ring… Ring… - Hola - Hola Laura, que gusto saludarte, habla el Dr. Newman, como estas? - Hola doctor, estoy muy bien, también me alegra escucharlo. Pero siempre me llama su secretaria, es la primera vez que me llama usted, ¿pasa algo malo? - Si, es cierto siempre es mi secretaria la que se encarga de mis llamadas pero a ti quería darte la noticia yo mismo. - Pero de que se trata? Es algo malo? Ya sabe que me mata el misterio. - Laura, estas embarazada - … - Laura?, Laura, estas ahí? - Si, si doctor, pero esta usted seguro? Laura no podía creer lo que acababa de escuchar, hacia ya algún tiempo que intentaban concebir un hijo y no podían, y ahora, justo cuando estaban perdiendo las esperanzas reciben la buena noticia. Laura rompió en llanto, pues siempre fue una mujer muy emotiva y luego llamo a David quien compartió su alegría. Varios años pasaron y el cuarto cumpleaños de Kevin (como nombraron a su hijo), estaba próximo a celebrarse. Ese fin de semana Laura y David decidieron dejar las juntas, el trabajo y las fiestas sociales por un lado para pasar el día en familia. Visitaron un parque de diversiones y de regreso a casa se detuvieron por un par de películas. Era ya muy tarde, ya había oscurecido y el sueño se apodero de Kevin, al llegar, David lo cargo desde el estacionamiento hasta el apartamento, Laura abrió la puerta, no estaba con llave pero no le presto mucha atención, David llevo a Kevin a su habitación. Como ya era tarde decidió no despertar al niño para ponerle la pijama así que solo le quito lo zapatos y lo dejo dormido en la cama. Mientras tanto, Laura se dirigía a la cocina preguntándole a su marido: - Tienes Hambre? Por que yo si. - No, solo quiero ponerme cómodo – decía David mientras se quitaba la camisa y se dirigía a la alcoba Laura seguía en la cocina y alcanzo a escuchar la voz de David a lo lejos. - David, con quien hablas amor? Laura decía esto pensando que David hablaba por teléfono, mientras se dirigía a la alcoba donde estaba su esposo. Pero al entrar no espero encontrarse con lo que sus ojos le mostraban: David se encontraba de pie junto a la puerta y frente a el un tipo flaco y pálido le apuntaba con un arma, Laura lo reconoció de inmediato. - Dani, por favor baja el arma, déjame ayudarte. - ¡No!, tu no puedes ayudarme, me dijeron que me ayudarían pero no lo hicieron - Dani, yo puedo ayudarte, pero tienes que bajar el arma. - ¡Mientes! Nadie puede ayudarme, me dijeron que podrían rehabilitarme y no lo hicieron - No, Dani, no fue mentira, nosotros te estábamos ayudando pero tu no te ayudaste a ti mismo, no querías nuestra ayuda, no querías cambiar, pero te ayudamos a dejar la heroína y … - ¡Cállate!, Dani estaba tembloroso, llorando como un niño, se le notaba el cuerpo consumido por el vicio, sus ojos hundidos y ojerosos reflejaban el torbellino de emociones que lo atormentaban en ese momento. - Te odio, los odio a ambos y a su clínica que no sirve para nada, cuando estaba en las calles no me importaba nada, no sentía hambre, dolor ni frió, pero desde que estuve encerrado en esa clínica las voces no me dejan en paz, ya no lo soporto, solo quiero librarme de ellas y me dijeron que todo es por tu culpa, solo quiero que las voces se vayan Dani era un drogadicto en rehabilitación en la clínica, David lo había diagnosticado con un síndrome maniaco depresivo y lo transfirió al hospital mental, a veces sufría de alucinaciones lo que lo volvía violento por lo que lo mantenían aislado... - ¡Mírame David!, ahora no tengo vida, solo vivo deseando morir y mírate tu, viviendo en un lujoso apartamento con los bolsillos repletos de dinero y una linda mujer que te espera para tener sexo todas las noches. - No te permito que hables así de Laura, ella no tiene nada que ver con tus problemas. En ese momento Dani apunto el arma y su mirada a Laura, David al ver esto, empujo a Laura tirándola a un lado, y se abalanzo sobre Dani. En el forcejeo se escucho un disparo: Bang… y luego el silencio… Todos se quedaron quietos. David cayo tambaleante al piso, la bala le atravesó el pecho. Laura al ver esto se arrodilló junto a su amado y lo tomo en sus brazos, sus miradas se cruzaron por un instante, en los ojos de David reflejaba el deseo de vivir, en los de Laura el deseo que no muriera; David derramó una lagrima y antes de poder decir una palabra murió entre los brazos de su esposa. Laura rompió el silencio de la noche con un llanto desgarrador, el amor de su vida había muerto en sus brazos, casi podía verse como se le destrozaba el alma. Dani, al ver lo que había hecho, no soporto la culpa y el remordimiento. Levanto el arma, la llevo a su boca y disparo. Cayó al suelo y sus ojos quedaron abiertos, parecía que observaba el dolor de Laura.
viernes, 14 de agosto de 2009
Por Siempre (Parte 1)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario