“Los nombres (obviamente) no son reales pero la conversación si lo es, la tuve con un amigo hace algún tiempo, reviviéndolo ahora, no quisiera estar en el lugar de ninguno de los dos”
PEDRO: Hola – contesta el teléfono –
PABLO: Hola Pedro soy Pablo, estabas dormido? Espero no molestarte pero quería hablar con vos
PEDRO: Hola Pablo, no, no estaba dormido aun, la verdad no puedo dormir
PABLO: Porque? Te pasa algo? Te noto algo triste.
PEDRO: Si, no te lo voy a negar, me pasan una y mil cosas, no sé qué hacer, siento que he tocado fondo
PABLO: Pero que te paso? Es lo de Vilma?
PEDRO: Si, eso y otras cosas más, pero no me siento con ánimos en este momento.
PABLO: Y porque no me llamaste?
PEDRO: No quería molestarte, pensé que ya te habrías dormido.
PABLO: Entonces solo dame 10 minutos y llego a tu casa y así hablamos a gusto.
PEDRO: Pero no es necesario.
PABLO: Claro que es necesario, para eso somos amigos; y además, Betty viene hasta mañana y yo estoy aburrido acá.
PEDRO: Esta bien, te espero.
PABLO: OK.
Tal y como lo dijo Pablo, no habían transcurrido los 10 minutos cuando se encontraba en casa de Pedro. Ambos eran muy buenos amigos, tenían más de dos semanas de no verse pues el trabajo, la familia y la vida hogareña les impedían frecuentarse; sin embargo, se hacían tiempo por lo menos una vez al mes para pasar una noche de diversión en algún bar local o disfrutar un domingo de fútbol.
Cuando Pedro abrió la puerta ambos se saludaron cordialmente un apretón de manos, pero Pablo pudo ver en el rostro de su amigo el efecto de todas las noches de insomnio. Pablo entro sin decir nada y se acomodo en el sillón frente al televisor. Miraba a su alrededor: una camisa por aquí, un zapato por allá, cajas de pizza bajo el televisor y una torre de platos sucios en el lavaplatos de la cocina; la ausencia de una presencia femenina era evidente.
Mientras, Pedro se acerco al refrigerador y saco dos cervezas, luego se sentó en el sillón junto a Pablo y dándole una cerveza le dijo:
PEDRO: Querés?
PABLO: Hoy no es sábado pero haré la excepción – dijo Pablo con una sonrisa mientras le daba un sorbo a la botella –
PABLO: Y bien, que te pasó con Vilma?
PEDRO: Se fue hace una semana, tuvimos una discusión, me dijo que estaba harta y que se iba a ir; yo le dije que no me importaba lo que ella hiciera, tomé mis llaves y me fui al trabajo, pero cuando regrese en la tarde ya no estaba.
PABLO: Y donde se fue?
PEDRO: Donde su madre
PABLO: Y que has pensado hacer? Le has llamado?
PEDRO: No, no pienso hacerlo, si ella quiere irse que se vaya, y si quiere hablarme me va a llamar, pero yo no le voy a llamar por que va a pensar que le estoy rogando y se va a hacer la importante
PABLO: Y no lo es? No es importante para vos? Yo creo que si porque si no fuera así vos no erarias tan deprimido
PEDRO: Bueno si, pueda que me haga falta pero no es como para estarle suplicando
PABLO: Ese es tu problema, no seas tan orgulloso y mucho menos con tu esposa; tenés que darle a Vilma el lugar que ella se merece. Vos te la pasas peleando por estupideces y porque querés que las cosas sean como vos decís y ella te soporta todo eso, pero tenés que darte cuenta que ella también tiene sentimientos, deseos, ilusiones y sueños. Ella te quiere, y yo se que vos también la querés igual. No seas tonto, no vas a encontrar una mujer mejor en ningún lado.
Pedro no dijo nada, se quedo callado viendo el televisor, pero parecía estar razonando lo que Pablo acababa de decirle. Pablo le dio el último sorbo a la cerveza, luego se levanto y saco otro par del refrigerador; las destapa y le da una a Pedro mientras se sienta en el sillón. Pedro lo ve y le dice:
PEDRO: Me despidieron
PABLO: Cuando?
PEDRO: Ayer
PABLO: Y porque te despidieron?
PEDRO: Hubo un recorte de personal, la empresa quiso bajar los costos de operación y despidieron casi a 600 personas en todo el país.
PABLO: Ya buscaste otro trabajo?
PEDRO: No, no sé dónde ir, ese trabajo fue el primero que tuve, trabaje ahí durante casi diez años y no sé hacer otra cosa, no sé dónde ir.
PABLO: Creeme que con tu experiencia no va a ser difícil encontrar un buen trabajo, pero primero tenés que poner la frente en alto y pensar positivo y no pensar tanto en tus problemas, pues lo único que vas a lograr estando así es hundirte mas y mas.
PEDRO: Para vos es fácil decir eso, tenés un buen trabajo, no tenés problemas con Betty y tampoco tenés las deudas que yo tengo como el pago de la casa, el auto que no he terminado de pagar, las tarjetas de crédito y los recibos e impuestos que mes a mes no dejan de venir. En comparación tu vida parece un cuento de hadas.
PABLO: Te equivocas, yo también tengo problemas, también tengo deudas que pagar las cuales no son pocas, pero organizando bien el dinero alcanza a cubrir todo, aunque tengo que admitir que muchas veces es muy difícil. Y con Betty también tengo problemas, que matrimonio no los tiene? Pero a diferencia tuya, yo hablo con mi esposa para solucionar los problemas que puedan surgir, así es como hemos logrado que nuestras diferencias no nos separen, sino, que nos hagan más fuertes.
PEDRO: Sus diferencias los hacen más fuertes? Ya pareces consejero matrimonial.
PABLO: Aunque te parezca tonto es cierto, si Betty y yo no tuviéramos diferencias nuestras vidas ya se hubieran vuelto una costumbre: monótonas y aburridas. Tu problema Pedro, es que no podes ver el bosque porque los árboles no te dejan ver.
PEDRO: Que me querés decir con eso?
PABLO: Lo que quiero decir es que los problemas solamente se vuelven problemas cuando les das demasiada importancia.
PEDRO: Pero como no le voy a dar importancia?
PABLO: Si, está bien que le des importancia a un problema, pero no le des tanta importancia como para que te quite la vida. No podes andar todo el tiempo lamentándote por lo que te pasa por que así nunca vas a tener una salida. Cuando te sintás desesperado es cuando debes estar más calmado.
PEDRO: Calmado? No te entiendo
PABLO: Si, porque si estas desesperado no vas a tomar la mejor opción, sino, la primera que se te presente y puede que eso no sea lo mejor. Como cuando se incendia un edificio y la gente salta por la ventana sin pensar y cae al vacío, en vez de buscar un lugar seguro o esperar un rescate. A eso me refiero, debes de tener calma para poder ver las cosas mejor.
PEDRO: Eso ya tiene sentido
PABLO: Si vos tenés un problema y le das demasiada importancia te vas a estresar, te vas a preocupar, no vas a dormir y vas a descuidar otras cosas sin darte cuenta que eso te puede causar aun más problemas y así el circulo vuelve a comenzar. Lo mejor que yo te puedo decir es que no le des importancia a algo que no lo tiene.
PEDRO: ahora te entiendo.
PABLO: El solo hecho de hablar con alguien así como estás hablando conmigo puede despejar tu mente. Habla con Vilma y contále todo lo que te pasa, contále lo que pensas y lo que sentis, y ya verás que una carga compartida entre dos es solo media carga.
Horas y horas pasaban mientras ellos dos seguían hablando, hasta que el reloj marco las seis de la mañana. Pedro observo a través de la ventana la salida del sol, se sentía muy aliviado, observaba el amanecer dando gracias por un nuevo día, pues para él, era casi como renacer a una nueva vida, una vida no solo de desgracias, sino también, llena de oportunidades. Pablo pudo ver el alivio que Pedro sentía, y se sintió muy bien consigo mismo. Luego se levanto del sillón y tomando las llaves del auto le dijo:
PABLO: Bueno, te dejo, ya son las seis y yo entro a trabajar a las ocho
PEDRO: Si, es cierto, vos tenés que trabajar; disculpame por haberte desvelado toda la noche.
PABLO: No te preocupes por eso, de todas formas me hubiera desvelado en casa viendo películas
PEDRO: Ahora que recuerdo, yo no te llame, vos me llamaste a mí, pero para que me llamabas?
PABLO: No, no era nada importante
PEDRO: Me has escuchado toda la noche, lo menos que puedo hacer es escucharte al menos cinco minutos me lo debes.
PABLO: Bueno la verdad es que tengo cáncer.
PEDRO: cáncer?
PABLO: Si, lo padezco desde hace algún tiempo y me han dado solo unos meses más. Hoy voy a terminar todo lo que tengo pendiente en mi trabajo y te voy a proponer en mi lugar, la próxima semana me iré con Betty a esa luna de miel que le prometí hace años cuando nos casamos.
PEDRO: Y aun así me escuchaste toda la noche? Si lo que a mí me pasa es una idiotez en comparación a lo que me estás diciendo.
PABLO: No son idioteces y no te preocupes por eso, la verdad me hizo mucho bien, pues al escuchar tus problemas olvide los míos, y sé que soy afortunado de saber cuándo me voy a ir de este mundo.
PEDRO: Pero…
PABLO: No, no me digas nada, ya se me hace tarde y tengo que irme, nos vemos el domingo para ver el fútbol, te parece? Ah, y no te olvides de llamar a Vilma, se que ella está esperando tu llamada.
Pablo subió a su auto y se fue. Pedro se quedo parado en la puerta viendo como el auto se alejaba sintiéndose culpable, pero a la vez, al ver lo hermoso que era el día, se dio cuenta de lo afortunado que era.
5 comentarios:
Los nombres de los pica piedras :D
Muy bueno :)
Excelente. No se porque creo que el hecho que tenga el nombre de los Picapiedras haga ver el diálogo sobre el cáncer de Pablo con un toque macabro.
¿También estás concursando? Vaya... te deseo muchísima suerte. Ojalá nos vaya bien a ambos, a mí me dan los resultados a fines de mediados de Noviembre si mal no recuerdo.
Estaremos en contacto.
Dark Kisses ♥
Requiem
Ahmm es un cuento de terror?!. Porque si es así no me asustó!! Lo siento..
Hola Nemesis, llevo un rato leyendo tu blog desde que vi un comentario tuyo de promoción en uno de mis relatos de escalofrío.com :)
Me quito el sombrero ante este relato. Conmovedor y, a su manera, también terrorifico.
Gracias por tu comentario, conmovedor, claro esta, aunque de terrorifico, solo quien lo vive lo pudiese juzgar, no todo en la vida debe ser terror, no todo debe de ser blanco y negro, tambien estan los matices...
Saludos ecos.. y gracias
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